12
flores de calabacín
harina
agua
fría (¡bien fría!)
queso
mozzarella o provolone
aceite
para freír
sal
al gusto
Para empezar,
lavamos nuestras flores muy delicadamente (para que no se rompan) y las
secamos con papel de cocina. Las abrimos y rellenamos con trozos de queso
cortado en tronquitos.
Para rebozarlas, ponemos el agua en el congelador unos
10 minutos (tiene que estar bien fría pero no congelada) y luego la añadimos poco
a poco a la harina, mezclando constantemente.
Una vez hecha la masa es hora de rebozar
nuestras flores: nuestra técnica es sumergirlas en la masa y levantarlas para
que la masa de exceso caiga a gotas. Luego las colocamos
directamente en el sartén con aceite caliente y las freimos unos 2 minutos por lado, hasta que estén doradas.
Cuándo estén listas,
las transferimos a un plato con papel de cocina para recoger el aceite,
añadimos sal al gusto y ¡nos las comemos aún calientes! -Gaby-
No hay comentarios:
Publicar un comentario