domingo, 8 de marzo de 2015

Como en un cuento: Praga


El viaje a la capital de la República Checa serà para siempre el viaje perfecto. Cinco días de largos paseos por las dos cuestas del río Moldava, un río fuerte, surcado por un puente antiguo y precioso, donde los fantasmas de la historia y de las leyendas se funden bajo la luz de las farolas que lo iluminan.

Praga ha sido para nosotros una ciudad mágica, capital de un reino con un tormentado y polícromo pasado que reúne hoy castillos encantados y pueblitos de elfos en la cumbre de una colina; una ciudad de iglesias y relojes únicos, que llevan siglos contando la historia de la humanidad en pocos segundos; una ciudad de sabrosos quesos malolientes y calientes Trdelník al perfume de canela; de fascinantes y misteriosos cementerios poblados por un ejército de lápides que salen descaradas de la tierra a contar historias de vidas y de muertes antiguas de seis siglos; una ciudad de parques, de muros que exudan colores pintados por artistas y estudiantes, de bonitos cafés, de callejuelas encantadoras donde el tiempo se para y nos deja disfrutar de uno de los conjuntos históricos más hermosos (y visitados) de Europa.

Tip gastronómico: uno de los bares más a la moda de la ciudad es el Potrefená Husa Národní, el sitio perfecto para acompañar a una fresca cerveza Staropramen deliciosas tapas internacionales (muchas de ellas vegetarianas). Imperdible es la historica cervecería y restaurante U Fleků, fundado en 1499, donde se puede disfrutar de la comida checa más tradicional con música de acordeón en vivo: para los vegetarianos aconsejamos el poderosísimo queso de cerveza en pan con ajo, la enorme ensalada mista y los deliciosos bramborak de patatas y cebolla. Otra opción, al lado del puente de Carlos, es el restaurante Kozlovna Apropos, que sirve platos típicos checos con sopas y unas (pocas) opciones para vegetarianos. -Anna-




















































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