martes, 6 de enero de 2015

Perfumes de Provenza: Avignon, Arles, Aigues Mortes y Nîmes



Una cosa es cierta: la Provenza y, en general, todo el Sur de Francia conquista, enamora, se marca dentro del corazón y de la mente y deja un rastro indeleble en cualquier viajero.


Tanto en Semana Santa, cuando nosotros las visitamos, como en el resto del año, estas tierras regalan un auténtico viaje en el tiempo y seducen a través de la sencillez y tranquilidad de su gente y de sus pequeñas ciudades rurales, de los colores de sus fiestas y tradiciones y de los perfumes a lavanda, carne asada y paella (sí, paella) que se difunden por las callejuelas de casas de piedra y por las encantadoras plazuelas con sus iglesias de pintura y sus tiendecitas de manteles, aceite de oliva, arroz rojo y especias.


Los vestigios de épocas y esplendores pasados, una arena romana, un puente testigo de siglos de historia, palacios que sirvieron de morada a papas y reyes, murallas y torres nacidas para proteger, todos sirven hoy de magnífico escenario a una naturaleza abundante e idílica, que une magistralmente y silenciosamente grandes lagunas verdosas, majestuosos flamingos, infinitos campos cultivados, olorosas flores y hierbas.


Aquí toros y caballos salvajes disfrutan, cuándo el hombre les deja, de una vida libre y de un horizonte único en el mundo. Aquí un pequeño barco de madera abandonado al lado de un río se cubre de una belleza única, de la que sólo se encuentra en las pinturas de maestros como Vincent Van Gogh, que de la Provenza se dejó conquistar, como nosotros.


Tip gastronómico: al igual que muchos sitios rurales, la Provenza es una tierra de inconfundibles delicias pero no para vegetarianos. Como siempre ¡no hay que desanimarse! Si pasáis por Nîmes, por ejemplo, no os dejéis escapar L'Escale des Saveurs, pequeño restaurante familiar con un menú vegetariano increíblemente abundante y rico, atmosfera íntima y servicio inmejorable. Nosotros lo encontramos por pura casualidad, cuando, desesperados porque el restaurante vegetariano al que queríamos ir estaba cerrado, una chica nos dijo con infinita dulzura "Mangez ici! C'est délicieux!": tenía toda la razón.
Otro sitio agradable y familiar se encuentra en la preciosa y pintoresca Arles. Estamos hablando de la crêperie Chez Mam Goz, ideal para un disfrutar de un goloso almuerzo al lado del teatro romano y del arena. Su crêpe de cebolla, queso de cabra, Roquefort y nueces es para morirse. -Anna-




























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